En los últimos años hemos visto cómo el chemsex se ha popularizado alrededor del mundo, especialmente en la comunidad gay. Para quienes no lo conocen, el término se refiere a la actividad sexual, principalmente entre hombres, bajo la influencia de las drogas. Las personas participan en chemsex por diferentes razones: algunas personas lo hacen para sentirse menos inhibidas y aumentar el placer; otras suelen usar estupefacientes debido a sentimientos de estigma y problemas relacionados con la autoestima. Puede haber individuos que no son hombres que tienen sexo con hombres que usan drogas como parte de su vida sexual, pero el término chemsex se refiere a una práctica con una historia y cultura específicas de la comunidad gay.

Por lo general, las tres sustancias específicas generalmente involucradas en el chemsex: en primer lugar, están las anfetaminas como el crystal meth (crystal, meth, tina, etc), así como la mefedrona (meph, drone o miau miau), y GHB y GBL, que son sedantes. Sus nombres completos son gammahidroxibutirato y gammabutirolactona, y también se les conoce como G, gina, geebs y éxtasis líquido. También, por supuesto, están la ketamina y los poppers. Si bien para muchos estas drogas son netamente recreativas y desinhibidoras a la hora de tener encuentros sexuales, para otros se vuelven más que un hábito, una adicción de la que se dan cuenta demasiado tarde.

“Todos los hombres homosexuales con los que he trabajado en terapia que han usado metanfetamina, GHB o ambos han informado que se les presentó por primera vez en el contexto del sexo”, Craig Sloane, un psicoterapeuta de la ciudad de Nueva York que ha tratado a hombres homosexuales en su práctica durante 18 años, explica a NBC. “A menudo mis clientes me dicen que cuando experimentaron sexo con metanfetamina, GHB o ambos por primera vez, todas las voces negativas en sus cabezas sobre la vergüenza, no ser lo suficientemente bueno, no encajar y otros traumas desaparecieron, aunque fuera temporalmente”. Sloane dice que el chemsex disminuye las inhibiciones sexuales, haciendo que los hombres homosexuales se sientan sexualmente empoderados y libres, en algunos casos por primera vez en sus vidas. “Estas son las experiencias a las que me he referido como ‘la tormenta perfecta’ para los hombres homosexuales”, dice. Así que si eres practicante usual del chemsex, hoy te ofrecemos algunos consejos que te dirán si estas sustancias están realmente controlando tu vida.

Eres adicto a las apps

Si navegas constantemente las apps de citas en búsqueda de tu próximo encuentro sexual… en particular con personas que como tú disfrutan del chemsex, presta atención. A menudo somos más vulnerables cuando nos sentimos solos y/o aislados, por lo que evitar este tipo de aplicaciones cuando experimentamos estos sentimientos podría ser una buena idea. Fijarte una regla de no usarlos antes o después de ciertas horas del día (y decidir qué hacer cuando sientas la necesidad de usarlos) también puede ayudarte.

Solo puedes tener sexo bajo el efecto de las drogas

Si la única manera en que sientes que puedes tener una relación sexual satisfactoria es utilizando drogas, presta atención. Puede que te refieras a ti mismo como un adicto a las drogas que disfruta del sexo o un adicto al sexo que disfruta de las drogas. La comunidad médica utiliza el término “adicción al chemsex” para cualquier persona que se involucra en un comportamiento sexual usando drogas y no siente que tiene el control de su necesidad de hacerlo.

Estás enganchado a la sensación de libertad que te da el chemsex

Alguien adicto al chemsex suele sentir una euforia pronunciada por las drogas que usa, y por la actividad sexual en la que se involucra. Por esta razón, el chemsex puede ser extremadamente adictivo. Una persona que practica chemsex con frecuencia corre el riesgo de desarrollar una doble adicción que puede ser muy compleja de tratar: corren el riesgo de volverse adictos a la droga que usan para facilitar el sexo, así como una forma o formas de actividad sexual. Ya sea pornografía, comportamiento premiscuo o formas extremas y peligrosas de sexo.

Estás teniendo conductas sexuales más riesgosas

Para quienes abusan del chemsex, el sexo en sí también puede volverse problemático. Alguien que participa regularmente en chemsex a menudo se encontrará tomando mayores riesgos y participando en actividades sexuales más extremas y peligrosas, persiguiendo el colocón inicial que sintieron al principio. Las personas involucradas en este tipo de conductas suelen descuidar la toma de PrEP y el uso de preservativos, por ejemplo.

El bajón que sientes tras el chemsex se vuelve cada vez más fuerte

Los “bajones” que siguen a las sesiones de chemsex pueden ser particularmente difíciles de manejar, y es posible que experimentes miedo, depresión y arrepentimiento durante los días siguientes. Estos sentimientos deberían desaparecer a medida que pasa el tiempo, aunque el uso continuo de drogas chemsex puede provocar varios problemas de salud mental a largo plazo.

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