8 albums que debes escuchar si te gustó “In Rainbows” de Radiohead

Cuando se trata de hablar del mejor álbum de Radiohead, lo cierto es que podríamos estar horas debatiendo los méritos de cada uno de ellos. Pero si hay algo que no se puede negar es que In Rainbows es uno de los discos más emblemáticos de la banda, y mientras más pasa el tiempo, más elogios parece recibir. Ya han pasado 16 años desde su publicación y ya se considera más una obra consagrada, pues es en este álbum donde Radiohead superó su ira, o al menos la forma en que la mostraban, y en su lugar se centraron en conectar con su público a un nivel más profundo. In Rainbows es un disco hermoso, eléctrico, y que provoca una plétora de sentimientos intensos. Es uno de esos álbumes que cuenta una historia solo a través de su sonido. La transición de las dos primeras canciones agresivas a la más lenta Nude, y luego a la preciosa e inquietante Weird Fishes/Arpeggi, a la que sigue la salvaje All I Need antes del breve respiro de Faust Arp… solo para ser golpeados de nuevo con Reckoner. ¿Cómo no amar este disco?
Hay un movimiento perpetuo en In Rainbows que significa que nunca envejecerá realmente y, aunque algunos álbumes se basan en la fuerza bruta para conmover a su público, Radiohead consiguen hacerlo con el toque más hábil, como una suave brisa que nos guía hacia el final del disco. No hay ni un segundo desperdiciado. Si In Rainbows es uno de tus discos favoritos, ¿qué otros álbumes podrías escuchar que te inspire lo mismo que sientes con este? Probablemente ninguno, pues cada disco es único e incomparable y In Rainbows es imposible de reproducir. Pero si quieres ampliar un poco tu paleta sonora, hoy te ofrecemos una lista de ocho discos icónicos que van a hacerte sentir una experiencia musical comparable: hay experimentalidad, producción impecable, ganas de salirse de los límites impuestos por los géneros, y sobre todo, ganas de hacer magia. Así que si te gusta In Rainbows, ¿por qué no escuchar estas ocho maravillas?
8. Blonde Redhead, Misery Is a Butterfly
Comenzamos la lista con una obra maestra del trío italo-nipón Blonde Redhead, quienes con su álbum Misery Is a Butterfly abandonaron cualquier parecido con sus raíces discordantes que sonaban a Sonic Youth para alcanzar una elegancia mucho más grandiosa y sombría, caracterizada por cuerdas arrolladoras y una producción exuberante. En el disco destaca la delicada voz llorosa de Kazu Makino, en hermosas canciones como la que da título al disco, la que lo cierra, Equus, la seductora Melody, y la frágil vulnerabilidad del primer tema, Elephant Woman. Así que si quieres escuchar pop armónico complejo que roza el rock progresivo, no dejes de escuchar Misery Is a Butterfly, una un opus de una rara madurez que consagra a Blonde Redhead como una banda esencial del pop alternativo independiente.
7. Tame Impala, Currents
Continuamos la con Currents, el tercer álbum de Tame Impala lanzado en el 2015, y en donde Kevin Parker logró conjurar gloriosas sensaciones psicodélicas, privilegiando el uso de sintetizadores y melodías desencarnadas en detrimento de las guitarras y la melancolía. Currents es un disco más electro, al mismo tiempo que acoge el sensual R&B, la fría música disco, la melodramática new wave, marcando un cambio en el trabajo anterior de Parker, quien se pasa del rock psicodélico al pop psicodélico, y de los sueños ahumados a las pistas de baile llenas de bolas disco cubiertas de espejos. Con esta producción, el australiano se convirtió en el orquestador de la música pop de la última década, no solo para los oyentes radicalmente indies, sino para las masas más espesas y eclécticas.
6. The Knife, Shaking The Habitual
Shaking The Habitual, el tercer álbum oficial de The Knife lanzado en 2013, hace una prgunta poderosa: ¿Qué es la música pop? Si se hace el ejercicio de estirarla, cortarla, disfrazarla, retorcerla y distorsionarla, ¿hasta dónde se la puede llevar antes de que se convierta en otra cosa? En este disco, la agrupación muestra hasta qué punto buscaron ampliar los límites de su arte y desafiarse constantemente a sí mismos para evolicionar. Este es un álbum progresivo en el verdadero sentido de la palabra: no hay que buscar coros, sino frases repetidas, y un desafío conceptual y sonoro de los Dreijer. con sus pasajes hipnóticos y sus ritmos palpitantes. Dsde tambores de acero hasta cantos de pájaros, este disco es impredecible e inquietante, con tonos y ritmos que varían en una montaña rusa sonora, y que sacó a The Knife de los márgenes de la música pop a las profundidades del noise.
5. Moses Sumney, Aromanticism
Con su álbum debut, Aromanticism, Moses Sumney nos ofrece una dulce excusa para explotar la idea de una alternativa al amor normativo en el que todo ser busca irremediablemente ser amado. No podemos asegurar que esta falta de amor permitiera a Moisés escribir estas canciones, pero nos conformaremos con creerlo. Porque toca la gloria con esta colección de baladas sublimes y místicas, navegando entre su fortaleza interior y un mundo solitario en el que, como una figura mesiánica y embrujada, Moses se pasea por una producción andrógina con una voz excepcional en un primer disco casi perfecto. Aromanticism es amor que arde, duele y se evapora en 11 temas que marean, entre neo-soul incandescente, R&B lacrimógeno, gospel ingrávido y anti-folk lánguido en donde Sumney transforma su soledad en poesía.
4. Air, Talkie Walkie
Los franceses Nicolas Godin y Jean-Benoît Dunckel nos tenían más o menos acostumbrados a cambiar de cara con cada nuevo disco: juguetones y un poco retro en Moon Safari, oscuros y psicodélicos para The Virgin Suicides, y finalmente megalómanos y locos para el inmenso 10 000Hz Legend, pero en Talkie Walkie de 2004, nos sumergieron en un almíbar suave, confortable y tranquilizador producido por Nigel Godrich y en donde se liberaron de todas las influencias para crear su álbum más personal. Air tienen el don de crear una atmósfera única en tres acordes, logrando emocionar con temas como Alone In Kyoto, Venus o Cherry Blossom Girl, que seducen gracias a sus hermosas composiciones y arreglos, y que es sin duda un gran clásico del electro-pop, pues el sonido es siempre tan sublime, desde la primera batería hasta la última guitarra, suave, elevado, como un remedio antidepresivo y antiniebla garantizado.
3. Björk, Homogenic
Con Homogenic, Björk lanzó su primera obra maestra con una madurez sonora impresionante, pequeñas explosiones sintéticas como percusiones, saxofón que iba de lo suave a lo lúgubre, sintetizadores salidos del cielo y preciosos violines… eso sin hablar de su voz, adornada con melodías nuevas, extrañas, caprichosas, con múltiples estados de ánimo y rincones insospechados. En este álbum, Björk pareció llevar hasta el final su enfoque perfeccionista, y se nota: la síntesis de los arreglos es rica y perfectamente equilibrada, sus texturas están super cuidadas y nos pasea entre lo acústico de las cuerdas y lo ambiental de las capas sedosas, la gravedad de la batería profunda y el acordeón bizarro. Canciones como Hunter, Bachelorette, Alarm Call o All is Full of Love son auténticas joyas: hay violines de terciopelo, sintetizadores como ribetes de oro y plata, y cajas electrónicas como botones de metal pulido. Envueltas, protegidas, servidas y sublimadas por estas prendas sónicas, Björk logra ser más inquietante que nunca.
2. Portishead, Dummy
Cuando ya nos acercamos a la posición de honor, hablamos de otro disco perfecto: Dummy, la producción de los británicos de Portishead de 1994 y que marcó un antes y un después en el trip-hop. Desde su publicación hace casi 30 años, no se ha dejado de atribuir a Dummy un estatuto sagrado y legendario, pues se convirtió en el modelo de toda una corriente. Portishead se basa en una alquimia que toca de manera muy directa, la de los beats & samples de Geoff Barrow y el talento vocal de Beth Gibbons, que parece cantar entre la melancolía latente y la desesperación, siempre a punto de romperse. Por su parte, Geoff adereza sus beats con lujosas melodías de órgano, ecos eléctricos de guitarras lánguidas, scratchese incluso saxo, y el resultado, hipnótico, regala canciones trascendentes y llenas de sinceridad, intimistas y actuales, que aún siguen latiendo en nuestros corazones.
1. Aphex Twin, Richard D. James Album
Y el disco número uno de esta lista es absolutamente legendario: se trata del Richard D. James Album de Aphex Twin, lanzado en el 2001 y que llegó nada más y nadamenos que repartido en dos partes con 30 pistas y más de dos horas de música que son un reflejo de de lo que pasaba por su cerebro desenfrenado en ese momento. La música es violenta, tierna, oscura y bailable a la vez. Comienza con una pieza de piano interpretada por el propio James, pero lo cierto es que James demuestra aquí toda la amplitud de su talento; en efecto, todos los ambientes desarrollados en los discos anteriores están ahí, con composiciones increíblemente diversas. Después de esa introducción pianística,nos llega una cantidad de sonidos que te destrozarán los tímpanos con sonidos son hiperprecisos y literalmente golpean el cerebro, y allí es donde reside toda la inteligencia de Aphex Twin: pasar detrás de un aparente flujo de violencia una cantidad impresionante de sonidos y siempre sin que se convierta en una cacofonía. Además, nos regala temas ambient, de pista de baile, ritmos casi hip-hop y oscuros en una síntesis perfecta del espíritu de Aphex Twin, en donde la variedad y la calidad están ahí resumidas en todo su esplendor.
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