Así es el microrrobot del tamaño de un insecto capaz de volar desarrollado por el MIT
En los últimos años, hemos visto cómo la robótica ha avanzado de manera impresionante. Por fortuna, no todo son perros robot: el Instituto de Tecnología de Massachusetts lleva un buen tiempo desarrollando diversos inventos en el área, y uno de ellos son los microrrobots aéreos. Lo cierto es que podemos inspirarnos en las propiedades físicas de los insectos para crear dispositivos electrónicos, y muchos piensan nuestros robots mejorarán si los hacemos más pequeños en lugar de imitaciones de la forma humana.
Los microrrobots son dispositivos a menudo tan avanzados como los androides que vemos en ferias tecnológicas o vídeos de YouTube, pero cuyas dimensiones se miden en milímetros o unos pocos centímetros. Aprovechan las ventajas del mundo a escala reducida y podrían desempeñar un papel determinante en nuestro futuro. Aún se encuentran en desarrollo y podrían utilizarse en el futuro en áreas como la salud, en operaciones de rescate de desastres naturales e incluso para combatir plagas.
Sin embargo, mientras ese momento llega, los investigadores del MIT informaron recientemente que ya están tratando de hacer los microrrobots voladores una realidad: hace poco informaron de una nueva técnica de fabricación para producir actuadores artificiales de bajo voltaje, gran densidad de energía y alta resistencia para microrrobots aéreos. Estos nuevos “músculos” mejoran ampliamente la carga útil del robot y le permiten planear durante veinte segundos, el mayor tiempo jamás observado por este tipo de robots, que tienen un peso aproximado de un gramo, y que cuentan con un conjunto de cuatro alas, cada una de ellas accionada por un actuador blando.
En un vídeo publicado en YouTube, los investigadores cuentan que pudieron crear estos músculos artificiales para los microrrobots utilizando muchas capas ultrafinas de elastómeros (compuestos no metálicos que dan elasticidad) y electrodos. Reinventando partes del proceso de fabricación, los investigadores del MIT consiguieron formar un actuador de 20 capas, cada una de las cuales tiene un grosor de 10 micrómetros (aproximadamente el diámetro de un glóbulo rojo). “La gente tiende a pensar que los robots blandos no son tan capaces como los rígidos. Demostramos que este robot, que pesa menos de un gramo, vuela durante más tiempo con el menor error durante un vuelo estacionario”, explicó Kevin Chen, que es el profesor adjunto en el departamento de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación, así como el jefe del laboratorio de robótica blanda y micro-robótica en el laboratorio de investigación de electrónica (RLE), y el autor principal del artículo del MIT.

Chen cuenta que el siguiente paso del proyecto es construir los actuadores en una sala limpia del MIT: producir en una sala limpia eliminará los problemas causados por el polvo y la contaminación del aire y les permitirá utilizar métodos más precisos que el revestimiento por rotación. La esperanza de Chen es reducir el grosor a sólo 1 micrómetro, lo que abriría la puerta a muchas aplicaciones para estos robots del tamaño de un insecto.
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