En los últimos años, se ha observado un creciente interés en el uso de visitas a museos como una herramienta terapéutica para tratar diversas condiciones de salud. Este enfoque innovador, conocido como “prescripciones de museos”, ha demostrado beneficios reales para pacientes que enfrentan problemas como ansiedad, hipertensión e incluso aislamiento social. La evidencia acumulada ha sido tan positiva, que ha impulsado la creación de programas similares en diferentes partes del mundo, consolidando el arte y la cultura como aliados en el cuidado de la salud.

El primer programa de este tipo se lanzó en Montreal en noviembre de 2018, marcando un hito global. En este proyecto, los médicos podían prescribir visitas al Museo de Bellas Artes de Montreal como complemento a los tratamientos convencionales. Los pacientes tenían acceso gratuito al museo, acompañados por familiares o cuidadores, para aprovechar los beneficios que el arte puede ofrecer a la salud. Aunque este programa se detuvo debido a la pandemia, actualmente se está desarrollando una nueva iniciativa centrada en actividades grupales en lugar de recorridos autoguiados.

Desde el inicio del programa canadiense, otros países han adoptado iniciativas similares. En Bélgica, Francia, Estados Unidos y Suiza se han implementado programas que permiten a los médicos prescribir visitas a museos locales. Por ejemplo, en Neuchâtel, Suiza, los doctores ahora pueden recomendar visitas a cualquiera de los cuatro museos de la ciudad como una forma de ejercicio físico e intelectual. Según el Dr. Marc-Olivier Sauvain, esta alternativa es más agradable para los pacientes que los medicamentos o pruebas médicas tradicionales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también respalda estas iniciativas con investigaciones sólidas. En 2019, la OMS publicó un informe basado en 3,000 estudios realizados durante dos décadas que demuestran cómo las artes contribuyen a prevenir problemas de salud, promover el bienestar y manejar enfermedades a lo largo de la vida. Además, las prescripciones culturales han mostrado ser efectivas para combatir problemas como la soledad y el aislamiento social.

Expertos como la Dra. Tasha Golden, quien dirige un programa similar en Massachusetts,  destacan que simplemente estar en entornos estéticos puede influir positivamente en cómo las personas se sienten y piensan. Además, los museos fomentan la interacción social y ofrecen oportunidades para desarrollar curiosidad, aprendizaje y atención plena, todo lo cual beneficia la salud mental. Las piezas exhibidas también tienen un impacto directo al generar interés y asombro en los visitantes. Y si eres una de esas personas que no se sienten cómodas en un museo, actividades como artesanía, fotografía o paseos por la naturaleza pueden ofrecer beneficios similares para la salud mental y emocional.

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