El Ministerio de Igualdad de Género y Familia de Corea del Sur puso en marcha recientemente un nuevo programa de financiación para ayudar a los jóvenes que padecen hikikomori, una enfermedad que toma su nombre de un término japonés acuñado para describir el retraimiento social extremo. Al parecer unos 350.000 surcoreanos de entre 19 y 39 años y que representan el 3% de ese grupo demográfico, se consideran solitarios o recluidos, según el Instituto Coreano de Salud y Asuntos Sociales.

Según los planes del gobierno, las personas de entre 9 y 24 años que sufran hikikomori recibirán un subsidio mensual de 650.000 wones (unos USD $490). El programa pretende ayudar a los jóvenes desfavorecidos, que se cree que se ven afectados de forma desproporcionada por esta enfermedad. El subsidio, que se basa en los planes del gobierno esbozados por primera vez en noviembre, pretende animarles a salir de casa para asistir a la escuela, la universidad o el trabajo y, en última instancia, “recuperar su vida cotidiana y reintegrarse en la sociedad”.

Los jóvenes podrán utilizar la financiación disponible a través del plan para pagar gastos generales de manutención, material escolar, experiencias culturales e incluso procedimientos estéticos como la corrección de cicatrices. En un documento publicado por el gobierno el miércoles, los ermitaños confesos describieron sus situaciones vitales y cómo habían acabado sufriendo hikikomori. Uno de ellos contó cómo la violencia doméstica en su hogar le había deprimido tanto que “empezó a vivir recluido” a la edad de 15 años. “Incluso si te atrevías a salir a la calle, era difícil establecer contacto visual con la gente”, explicaron. Otro describió cómo tuvo dificultades para adaptarse a la universidad, y acabó siendo expulsado por absentismo escolar, lo que agravó su reclusión.

Shin Yul, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Myongji de Seúl, declaró a Bloomberg que la política era “fundamentalmente una medida de bienestar”, pero sugirió que también era un intento de abordar la crisis demográfica de Corea del Sur. “Aunque es bueno probar distintos enfoques para aumentar la población en edad de trabajar, no puede considerarse una solución a largo plazo para resolver el problema demográfico”, afirmó.

Corea del Sur es el único país del mundo con una tasa de natalidad inferior a uno: las mujeres surcoreanas tienen una media de 0,78 hijos a lo largo de su vida. La menguante tasa de fecundidad del país, que ha suscitado inquietud por el impacto socioeconómico del rápido envejecimiento de la población, ha dado lugar a intervenciones como la triplicación de las ayudas sociales a la infancia y cursos de citas en las universidades locales.

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