De símbolos ancestrales a Coachella: 15 artistas contemporáneos de África que debes conocer

La escena artística contemporánea de África se caracteriza por contar con una amplia y dinámica gama de artistas excepcionales cuya innovación estética y profundidad conceptual han abierto el camino para las próximas generaciones. Utilizando sus creaciones para interpretar y representar las realidades socioeconómicas de África, sus desafíos políticos, ricas tradiciones y belleza diversa, estos artistas líderes y emergentes siguen influyendo en la evolución del arte contemporáneo en el continente negro, demostrando que tienen la capacidad creativa para dialogar a la misma altura que el resto del planeta.
Aunque a que sus obras se apoyan profundamente en la simbología y la tradición de la tierra que los vio nacer, el arte contemporáneo africano sigue abriéndose al mundo, aunque éste muchas veces los haya olvidado entre guerras civiles y pobreza. Pero gracias a las ferias de arte dedicadas a ellos como la 1:54, que se realiza en ediciones bianuales en las ciudades de Nueva York y Londres, África y su diáspora se hace presente con los cincuenta y cuatro países que constituyen el continente en una plataforma sostenible y dinámica que participa en el diálogo y el intercambio.
En esta lista les presentamos los 15 profesionales más destacados del arte contemporáneo africano: desde óleos, esculturas masivas, flirteos con símbolos tribales y hasta experimentos con materiales de desecho que desafían la noción de que el arte de África está alejado de materiales y formas de expresión modernas, y demuestran a escala microcósmica la amplia y rica gama de disciplinas de estos artistas.
1. Ernest Dükü (Costa de Marfil, 1958)

Ô Bee 3 Afrodisiaque @ code JC Thôt est relatif (2014) de Ernest Dükü. Dibujo y collage sobre papel chino arrugado, 116 x 100 cm.
Para Dükü, quien ahora reside en París, la llamada de África y su apertura hacia el mundo son dos de los temas más presentes en su trabajo, que combinan el dibujo en universos llenos de simbología y color. Aunque en un principio sus obras estaban más marcadas por la investigación plástica, la estética terminó interviniendo para hacer una convergencia en donde ahora su nueva perspectiva combina elementos de pintura y escultura en temas que él mismo ha llamado Amulettissimo, Pintadattitude, Feitico y Amaatawale.
2. Nú Barreto (Guinea-Bissau, 1966)

L’Autre en soi (2016) de Nú Barreto. Medios mixtos, 130 x 130 centímetros.
Para este artista residente en París, el hombre es un enigma absoluto: uno que vive entre nubes y paredes y entre las delgadas líneas de su obra, que absorben los contornos de sus personajes volubles. Barreto es un artista multidisciplinario que busca despertar al espectador a través de sus pinturas, dibujos, fotografías y videos. Su leit motif ha sido la condena de los actos de opresión, la denuncia de la miseria y el sufrimiento que aflige al continente africano. Incorpora en su obra el lenguaje de las formas, los colores simbólicos y los motivos llenos de significado.
3. Aida Muluneh (Etiopía, 1974)

Sai Mado/The Distant Gaze (2016) de Aida Muluneh. Fotografía digital.
Aida es la fundadora y directora del Addis Foto Fest (AFF), el primer festival internacional de fotografía en África Oriental celebrado desde 2010 en la ciudad de Addis Abeba. Actualmente vive en Canadá desde donde educa y desarrolla proyectos culturales con instituciones locales e internacionales con el objetivo de capturar imágenes de sociedades yuxtapuestas entre la modernidad, la tradición, la realidad y la esperanza de cambio. Su trabajo explora el diálogo crítico: cuando era una adolescente, se dio cuenta de cómo las imágenes podían crear o distorsionar las realidades, y por eso ha estado con una cámara desde que tenía 16 años.
4. Olalekan Jeyifous (Nigeria, 1977)

Makoko Elevation (2015) de Olalekan Jeyifous. Epson Ultrachrome en Platina Canson. 80 × 53 cm.
Uno de los artistas más reconocidos de la lista es Jeyifous, quien desde Brooklyn crea narrativas nacidas de la tensión entre la realidad y la imaginación a través de construcciones de madera y metal en pequeña o gran escala, así como ilustraciones detalladas de ciudades utópicas y bulliciosas, extraños paisajes o intervenciones distópicas en espacios urbanos que comunican sentimientos de participación y una alienación, tal como lo hizo este año en el festival de Coachella con su Crown Ether, un árbol de unos 16 metros de alto que unía la música y el arte.
5. Mohamed Melehi (Marruecos, 1936)

Nature In Disorder (2017) de Mohamed Melehi. Acrílico sobre tela. 200 x 160 cm.
Melehi es conocido como un líder modernista en Marruecos. Desde los años sesenta, ha estado elaborando un cuerpo de trabajo basado en el motivo recurrente de las ondas. Sus lienzos son siempre rígidos y sirven como abstracciones ópticas: las líneas son limpias, los colores están claramente delineados y las pinceladas y movimientos del pincel no son visibles. Las propias ondas a menudo se reconfiguran, se tornan verticalmente para convertirse en llamas, o para cortar a través del lienzo en un ángulo. Las ondas se han asociado a las olas de las playas de Asilah, ciudad natal de Melehi, mientras que su gesto de escribir caligrafía árabe se relaciona con su consistencia meditativa, con la trascendencia ya la oración.
6. Boris Nzebo (Gabón, 1979)

Révolte 01 (díptico (2016) de Boris Nzebo. Acrílico sobre tela. 150 x 300 cm.
Nzebo hace pinturas que se inspiran en los alrededores de la ciudad en donde vive: Douala, la más grande de Camerún. Utiliza una paleta de colores fuertes que evoca los murales y graffitis de la cultura callejera que se encuentran en los suburbios, y aunque a veces se decanta por lo kitsch, sus obras son instantáneamente reconocibles. La ejecución estilizada de Nzebo le debe mucho a los anuncios pintados de las barberías de Camerún, pues aprovechando el lenguaje de la publicidad, crea retratos de estudios detallados de peinados africanos tradicionales, a menudo elaborados, y los combina con instantáneas informales de barrios locales, arquitectura urbana y escenas de la vida cotidiana.
7. Serge Attukwei Clottey (Ghana, 1985)
Clottey es conocido por un trabajo que examina el poder de objetos cotidianos trabajando a través de la instalación, la fotografía, la escultura y el performance: una vez se paseó por Accra, en donde reside actualmente, llevando la ropa de su madre para explorar las narrativas personales y políticas arraigadas en las historias de migración. Clottey se refiere a su trabajo como Afrogallonismo, un concepto que se enfrenta a la cultura material y la polución del agua en el continente a través de la utilización de recipientes de galón de color amarillo, que corta, perfora, cose y funde con materiales que se encuentra para lograr instalaciones escultóricas que crean un nuevo lenguaje de forma y abstracción.
8. Emo de Medeiros (Benin, 1979)

Guardian (2016), por Emo de Medeiros. Medios mixtos, 508 x 254 x 253 cm.
Desde su estudio en París, Emo de Medeiros trabaja con muchos medios, incluyendo escultura, video, fotografía, performance, música electrónica, dibujo, dispositivos interactivos, instalaciones, pintura o incluso con objetos conectados. Su trabajo explora temas de transculturalismo, transformación de identidades, representaciones postcoloniales y la globalización como una hibridación y mutación mundial. También cuestiona las transformaciones del continente africano en el contexto de la revolución digital y la aparición de una TransAfrica panafricana del siglo 21 en transición entre la tradición y la innovación acelerada.
9. Maïmouna Guerresi, (Italia, 1971)

Genitilia Al Walida (2008) de Maïmouna Guerresi. Fotografía digital. 200 x 120 cm.
Esta artista ítalo-senegalesa que reside en Milán pertenece a la comunidad musulmana Murid en Senegal, África (a donde viaja regularmente), y en su trabajo explora la diversidad cultural, la espiritualidad islámica y el misticismo, así como las raíces entre madre e hijo en su impresionante obra escultórica y fotográfica. Sus primeros trabajos fueron inspirados por el movimiento europeo del body art de los años 60 y 70, y pronto desarrolló su propio estilo muy personal, que combina temas afro-asiáticos y simbolismo con las tradiciones de la iconografía clásica occidental. A través de este lenguaje visual híbrido, comunica el malestar y la belleza de la diversidad cultural y explota temas multiraciales contemporáneos.
10. Delio Jasse (Angola, 1980)

Cidade em movimiento (2016) de Delio Jasse, Cianotipo sobre papel fabriano. 55 x 76 cm.
El trabajo de este fotógrafo que ahora trabaja y vive entre Lisboa y Milán es colorido y texturizado, experimentando con procesos de impresión fotográfica analógica como el cianotipo y el platino. Su obra dibuja vínculos entre generaciones y culturas, combinando imágenes encontradas con su propia fotografía para explorar el concepto de memoria. Los procesos analógicos que utiliza confieren a sus obras un carácter monotípico, subyacente a la reproducibilidad del medio fotográfico, a través de la intervención directa sobre soportes no convencionales, y también la aplicación de emulsiones con trazos gestuales o con notas cromáticas.
11. Moffat Takadiwa (Zimbabwe, 1983)

One Letter (2017) de Moffat Takadiwa. teclas de computador. 253 x 148 x 30 cm.
Takadiwa crea piezas escultóricas a gran escala a partir de materiales de desecho, incluyendo desde basura salida de computadoras, latas de aerosol y botellas de spray, a cepillos de dientes y tubos de pasta de dientes. De esta manera entreteje estos pequeños objetos cotidianos para hacer impresionantes formas orgánicas evocadoras de joyas opulentas o que evocan rituales minimalistas. La elección de los materiales por parte del artista comunica su preocupación por temas relacionados con el consumismo, la desigualdad, el post-colonialismo y el medio ambiente.
12. Driss Ouadahi (Marruecos, 1959)

Breach In The Silence (2016) de Driss Ouadahi, Óleo sobre tela. 220 x 180 cm.
Este pintor que ahora reside en Alemania comenzó haciendo pinturas abstractas que consistían en superficies monocromáticas que se empujaban entre sí y se superponían; sin embargo, progresivamente evolucionó hacia composiciones más realistas. Sin embargo, el uso de símbolos de la arquitectura y de lo urbano es lo que une todas sus pinturas: en su obra encontramos armazones de edificios en la periferia de Argelia o París, viviendas típicas que una vez fueron símbolos de modernidad y progreso, y que ahora se ven con desdén, como fracasos arquitectónicos y sociales.
13. Abdoulaye Konaté (Mali, 1953)

Composition entre rouge et vert (2016) de Abdoulaye Konaté. Telas mixtas. 152 x 113 cm.
El trabajo de este artista se desarrolla principalmente en instalaciones textiles que exploran temas políticos y ambientales, que también muestran sus preocupaciones estéticas. En su obra, se cuestiona la forma en que las sociedades y los individuos, tanto en Malí como en el extranjero, han sido afectados por factores como la guerra, la lucha por el poder, la religión, la globalización, los cambios ecológicos y la epidemia del SIDA. Utiliza más que nada materiales orgánicos locales como telas tejidas y teñidas que se cosen, y que el artista transforma en composiciones figurativas a gran escala como un homenaje a la tradición de África Occidental de utilizar los textiles como medio de conmemoración y comunicación, equilibrando las reflexiones políticas y sociales mundiales con una referencia a su cultura local.
14. El Anatsui (Ghana, 1944)

Intimation (2014) de El Anatsui. Aluminio y alambre de cobre. 261 x 332 cm .
Uno de los escultores más influyentes de África, el artista El Anatsui está a la vanguardia de la escena del arte contemporáneo, habiendo recibido considerable reconocimiento internacional por sus obras escultóricas inusuales. Profesor del Departamento de Escultura de la Universidad de Nigeria y un prolífico escultor, Anatsui prefiere la arcilla y la madera, que utiliza para crear objetos que expresan diversas preocupaciones sociales, políticas e históricas. En sus trabajos posteriores se ha centrado en el arte de la instalación y los procesos de costura utilizando materiales no convencionales tales como motosierras y herramientas eléctricas, ha remodelado y reutilizado todo, desde rieles de ferrocarril hasta madera flotante y tapas de botellas de aluminio.
15. Michele Mathison (Sudáfrica, 1977)

Plot (2015) de Michele Mathison. Hierro y yeso. 230 x 120 x 13 cm.
Viviendo entre Zimbabwe y Sudáfrica, la artista Michele Mathison se inspira en objetos cotidianos encontrados en lugares como ferreterías, mercados o a un lado de la carretera. Michele encuentra interesante que la gente pueda considerar el mismo objeto de maneras muy diferentes, y su trabajo se centra en eso: en el doble sentido de estos objetos. Con el uso de artefactos mundanos como espadas, hachas y carritos de compras, la artista considera cómo cada material tiene su propio idioma, historia y el poder.
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