El CBD reduce las crisis epilépticas al doble en comparación con el placebo, según estudio

Una revisión científica reciente, que analizó seis estudios sobre el uso del cannabidiol (CBD) en el tratamiento de la epilepsia resistente, reveló que los pacientes que tomaron este componente del cannabis experimentaron una reducción promedio del 41% en las crisis epilépticas. En comparación, quienes recibieron un placebo mostraron una disminución de solo el 18%, lo que significa que el CBD tuvo un efecto más del doble de efectivo.
Los autores del estudio, publicado en la revista Acta Epileptologica, destacaron que estos resultados respaldan el potencial terapéutico del CBD. “La respuesta al cannabidiol merece ser considerada en nuevos protocolos médicos e incluida en los sistemas de salud pública por su capacidad antiepiléptica”, señalaron. Además, afirmaron que añadir CBD al tratamiento habitual beneficia a la mayoría de los pacientes con epilepsia farmacorresistente.
La investigación, realizada por científicos brasileños de la Universidad de Tiradentes y la Universidad de São Paulo, comparó dosis altas (20 mg por kilo de peso al día) y bajas (10 mg/kilo/día) de CBD. Aunque la dosis más alta mostró un 12% mayor eficacia en el control de las crisis, la dosis menor también demostró resultados significativos, lo que la convierte en una opción viable para su inclusión en guías médicas. Los efectos secundarios reportados fueron generalmente leves, siendo los más comunes somnolencia, disminución del apetito y diarrea. Esto refuerza la idea de que el CBD es una alternativa segura y bien tolerada en el manejo de la epilepsia difícil de tratar.
Un dato llamativo fue la alta tasa de mejoría en el grupo de placebo, que los investigadores atribuyeron en parte al estado emocional de los pacientes y sus familias. “La epilepsia es una condición angustiante, y el fuerte deseo de mejoría puede influir en los resultados, incluso en quienes no reciben el tratamiento activo”, explicaron.
Sin embargo, en países como Brasil, el CBD aún no forma parte de los protocolos oficiales y debe importarse, lo que limita su acceso debido a costos y disponibilidad. Los autores subrayan la necesidad de realizar estudios locales y mejorar la accesibilidad para integrar este tratamiento en el sistema de salud.
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