Empleada trans de McDonald’s es indemnizada por 930.000 dólares tras acoso laboral y discriminación

Una mujer trans fue indemnizada con USD $930,000 tras sufrir acoso por parte de sus compañeros mientras trabajaba en un restaurante McDonald’s de Washington D.C., Estados Unidos. La sentencia puso fin a una larga batalla legal, pues el jurado consideró que Diana Portillo Medrano fue objeto de “un aluvión de burlas, risas, ridiculizaciones y acoso” por su identidad de género. Migrante de El Salvador, Medrano fue contratada en 2011 como representante de atención al cliente sin autorización legal para trabajar en Estados Unidos. Aun así, disfrutó de una “exitosa carrera de cinco años con McDonald’s, marcada por aumentos, promociones y premios, y ausencia de disciplina”, según la demanda.
Sin embargo, la discriminación contra ella comenzó cuando inició su transición. “Jefes y supervisores se referían sistemáticamente a ella como hombre a pesar de su petición expresa de que respetaran su identidad de género como mujer, animando a sus compañeros de trabajo a acosarla sin descanso de la misma manera”, explica la demanda. “Cuando se quejó a sus jefes, estos alegaron que el acoso estaba justificado porque ella no había cambiado legalmente su nombre”.
Medrano denunció la situación a la Oficina de Derechos Humanos de D.C., pero más tarde fue despedida por el propietario de la franquicia, con sede en Virginia, International Golden Foods LLC (IGF) y MCI Golden Foods LLC, que utilizaron su condición de indocumentada como justificación. Sin embargo, las pruebas presentadas a lo largo de los ocho días de juicio civil demostraron que Medrano era una de los muchos empleados contratados sin autorización legal para trabajar en Estados Unidos.
El jurado estuvo de acuerdo en que Medrano fue acosada mientras trabajaba en McDonald’s por ser trans, y que fue despedida por quejarse y no por su condición de indocumentada. Se le concedieron USD $700,000 en daños punitivos y USD $230,000 por angustia emocional. En declaraciones tras la conclusión del caso, Jonathan Puth, uno de los abogados de Medrano, dijo: “Diana es nuestra heroína… Defendió sus derechos frente a un acoso terrible y siguió luchando incluso después de que la despidieran por ello. Este veredicto pone sobre aviso a otros empresarios de que tolerar el acoso a empleados transexuales es ilegal y costoso”.
La propia Medrano habló tras el veredicto, expresando: “Cuando estás segura de lo que has vivido, no importa cuánto tiempo pase, la verdad saldrá a la luz… Nuestra verdad es nuestra mejor arma para conseguir justicia… Son la verdad, la justicia y la fe en Dios las que me han ayudado a llegar hasta aquí”.
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