La guerra en Ucrania, que ya lleva más de tres años, sigue siendo uno de los conflictos más dolorosos y complejos del siglo XXI. En medio de un entramado de tensiones y negociaciones, los últimos días han traído un inesperado giro diplomático con reuniones clave: en primer lugar, el encuentro del presidente estadounidense Donald Trump con Vladímir Putin, y luego su encuentro con Volodímir Zelenski en Washington, que aparentemente está buscando allanar el camino para un encuentro entre los dos líderes en un futuro cercano. 

Zelenski ha expresado que está dispuesto a reunirse “sin condiciones” con Putin, aunque reconoce que es posible que esta cita se logre solo con presión de Estados Unidos. Por su parte, Moscú insiste en que cualquier contacto tenga una preparación “minuciosa”, dejando claro que la negociación no será fácil ni rápida, especialmente por las exigencias del Kremlin para detener la guerra. Aquí resumimos las condiciones que Putin ha puesto sobre la mesa, y que complican bastante un avance de las negociaciones en un futuro próximo.

1. Retirada total de Ucrania del Donbás y Crimea, y reconocimiento de su control ruso

Putin ha dejado claro que la región del Donbás (formada por Donetsk y Lugansk) es el corazón de su interés. Exigió que todas las fuerzas ucranianas se retiren completamente de allí, incluyendo las zonas que Kiev aún controla. Putin también reclama que Ucrania acepte la anexión de Crimea, región ocupada desde 2014 y considerada por Rusia parte inalienable de su territorio. Este punto es una línea roja para Moscú, y la aceptación implicaría un golpe a la soberanía ucraniana. Como dijo el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov: “Si no se respetan los intereses de seguridad de Rusia, ni se garantizan plenamente los derechos de los rusos y los rusohablantes que viven en Ucrania, no puede plantearse ningún acuerdo a largo plazo”. 

2. Reconocimiento oficial de las fronteras en Jersón y Zaporiyia

Además del Donbás, Moscú exige que la línea del frente actual sea considerada frontera en las regiones de Jersón y Zaporiyia, formalizando así las ganancias territoriales alcanzadas desde la invasión de 2022. Putin mismo dijo que no irán más allá de las regiones ya anexionadas tras los referéndums de 2022, dejando claro que aspira a consolidar el control ruso y detener la guerra en esos términos, sin seguir retrocediendo ni aceptar “congelamientos” de guerra tipo Corea.

3. Ucrania debe aceptar el ruso como lengua oficial y la libertad para la Iglesia ortodoxa rusa

En una exigencia menos visible pero culturalmente crucial, el Kremlin pide que se reconozca al ruso como lengua oficial en Ucrania y que se garantice la libertad de culto para la Iglesia ortodoxa rusa. Estas demandas reflejan la voluntad de Moscú de proteger lo que considera su “esfera de influencia” cultural y religiosa, algo que ha sido un argumento constante para justificar sus acciones.

4. Levantamiento de sanciones internacionales

Otro de los puntos de negociación más importantes para Putin es el levantamiento de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y aliados, una condición indispensable para que Rusia reingrese a la escena internacional sin pagar el precio político y económico completo de la guerra. Suiza ya dio el primer paso ofreciendo inmunidad a Putin si este acepta reunirse en Ginebra con Zelenski, aunque el mandatario ruso prefiere que el encuentro se haga en Moscú.

5. Garantías de seguridad para Rusia y Ucrania, con la exclusión de la OTAN

Al parecer, Putin estaría dispuesto a aceptar un mecanismo de “garantías de seguridad” para Ucrania, similar a las protecciones del Artículo 5 de la OTAN, pero sin que Kiev ingrese a la Alianza Atlántica. Además, quiere que estas garantías provengan no solo de Estados Unidos y Europa, sino que incluyan a potencias como China. Esta propuesta busca aliviar la presión militar y política sobre Rusia, estableciendo una especie de “neutralidad” obligatoria para Ucrania, con restricciones militares y políticas estrictas, pues Putin se opone firmemente a la presencia de tropas europeas en Ucrania como garantes de la seguridad postconflicto.

6. Restricciones para Ucrania sobre ataques y presencia militar futura

Otro punto esencial para Moscú es que Ucrania se comprometa a no lanzar ataques contra otros territorios, ni de Ucrania ni de terceros países aliados a Rusia. Como explicó Steve Witkoff, emisario de Trump, Putin estaría dispuesto a “blindar por ley” el compromiso de no acudir a la agresión, incluso aceptando incluirlo en la Constitución rusa. Esta cláusula refleja la obsesión de Moscú por seguridad y prevenir cualquier escalada futura que amenace su territorio.

7. Cambio político en Kiev

Aunque menos explícito en público, Moscú mantiene el objetivo de un cambio de régimen en Ucrania. Putin ve a Zelenski como su gran enemigo y no parece dispuesto a renunciar a este punto, el nudo más difícil de la negociación. En parte, este rechazo explica la insistencia en condiciones previas duras y un poder ruso reforzado en la región.

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