El juicio de Gisèle Pelicot, la mujer de 72 años que saltó a los titulares tras presentar una demanda contra su exmarido, Dominique Pelicot, acusándole de haberla violado repetidamente y de haber reclutado a desconocidos para que abusaran de ella mientras estaba fuertemente sedada en su casa a lo largo de una década, continúa en Francia. En los últimos días, la hija de ambos, Caroline Darian, relató entre lágrimas ante el jurado que se enteró de los abusos de su madre el 2 de noviembre de 2020, después de que Gisèle hablara con los investigadores.

En un principio, Darian creyó haber oído lo peor cuando los investigadores revelaron que su padre había estado drogando la comida y la bebida de su madre y organizando que extraños la violaran. Sin embargo, apenas unas horas después, una llamada urgente reveló más pruebas inquietantes. Entre las 20.000 fotografías y vídeos que documentaban los abusos de Gisèle, los investigadores descubrieron dos imágenes en las que aparecía una mujer más joven inconsciente en la cama.

Al principio, Darian no pudo identificar a la persona que aparecía en las imágenes. No se dio cuenta hasta que la policía le preguntó si tenía un lunar marrón en la mejilla derecha similar al de la mujer de las fotografías, lo que le llevó a otros pensamientos inquietantes. “¿Cómo pudo fotografiarme en plena noche sin despertarme? ¿También me drogó?”, dijo. “Peor aún, ¿abusó de mí?”, añadió. Según The Guardian, en su próximo libro, Et j’ai cessé de t’appeler papa (Y dejé de llamarte padre), que se publicará en inglés el mes que viene bajo su seudónimo Caroline Darian, esta revela cómo se fue perturbando cada vez más al darse cuenta de que ella también podría haber sido víctima del comportamiento de su padre.

“La colcha estaba levantada por el lado derecho para que se pudiera ver su trasero de cerca. Estaba durmiendo. Me pareció asombrosamente pálida y con ojeras. El policía me pasó la segunda foto. Las sábanas me recordaban vagamente a algo, pero nada más. Repetí que no me reconocía”, recuerda. “No, no soy yo”, escribió Darian. Aunque niega las acusaciones de abusar de su hija, Dominique se enfrenta a cargos adicionales relacionados con la violación de la intimidad de Darian. La policía descubrió pruebas de que había compartido en Internet imágenes de ella grabadas en secreto, almacenadas en una carpeta. Darian abandonó la sala angustiada a los 20 minutos de la segunda jornada del juicio, cuando el juez reveló que se habían encontrado fotomontajes de ella desnuda en el ordenador de su padre.

Dominique, de 71 años, ha confesado haber drogado a su mujer con una mezcla de somníferos y ansiolíticos entre 2011 y 2020. Durante este periodo, facilitó la agresión sexual de su esposa inconsciente por parte de al menos 73 hombres en su residencia de Mazan, cerca de Carpentras, en Provenza. El tribunal de Aviñón está juzgando simultáneamente a 50 hombres, con edades comprendidas entre los 26 y los 74 años, que fueron contactados a través de una sala de chat en línea. Están acusados de agredir sexualmente o violar a Gisèle, de 72 años. El libro de Darian detalla cómo estos sucesos trastornaron su propia vida y casi provocaron una ruptura irreparable con su madre, que al principio tuvo dificultades para aceptar la verdad sobre el que había sido su marido durante muchos años y padre de sus tres hijos.

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