La música puede ser tan adictiva como la comida rápida, el dinero y el alcohol, según estudio

No importa lo que la gente esté haciendo, desde conducir hasta hacer ejercicio, muchos simplemente tienen que escuchar música mientras lo hacen. Un nuevo estudio descubre que la razón de esto se encuentra en el centro de recompensa del cerebro. Los investigadores de la Universidad McGill (Canadá) afirman que los resultados revelan que la música puede ser tan adictiva como la comida rápida, el dinero e incluso el alcohol.
A pesar de los escasos beneficios biológicos evidentes, los seres humanos aman la música. Es un misterio que ha desconcertado a los expertos durante décadas. El estudio, publicado en JNeurosci, aclara por primera vez la razón. Un grupo de 17 aficionados a la música escuchó una serie de canciones mientras los autores del estudio medían la actividad cerebral mediante escáneres de resonancia magnética funcional (IRMf). Los participantes, todos ellos hombres y mujeres jóvenes de 20 años, escucharon cinco canciones seleccionadas por ellos mismos y diez elegidas por un evaluador.
Antes, su circuito de recompensa se excitaba o inhibía indirectamente mediante la estimulación magnética transcraneal. Esta técnica consiste en aplicar pequeñas corrientes eléctricas en el cerebro a través de una tapa craneal. Los científicos explican que las melodías agradables activan una zona del cerebro llamada núcleo accumbens, el centro de recompensa. Mediante escáneres, los científicos descubrieron que la activación de las neuronas aumentaba el placer del oyente. Por otro lado, el placer disminuía cuando los investigadores amortiguaban estas células nerviosas. Cuanto más apreciaban los participantes los sonidos, más se iluminaba su cerebro de placer. La actividad de las áreas auditivas de la materia gris “se sincronizó”, informa el equipo canadiense.
“Excitar el circuito de recompensa antes de escuchar la música aumentaba el placer que sentían los participantes al escuchar las canciones, mientras que inhibirlo disminuía el placer”, escribe el autor correspondiente del estudio, el Dr. Ernest Mas-Herrero, en un comunicado de prensa.
“Estos cambios en el placer inducido estaban relacionados con cambios en la actividad del núcleo accumbens, una región clave del circuito de recompensa. Los participantes con la mayor diferencia en el placer también mostraron la mayor diferencia en la actividad sincronizada entre las regiones auditivas y de recompensa. Estos resultados indican que las interacciones entre las regiones auditivas y de recompensa impulsan el placer que sentimos al escuchar música”.
La música puede ser la mejor medicina
Los investigadores añaden que la universalidad de la música y su capacidad para afectar profundamente a las emociones sugieren un origen evolutivo.
“La música puede actuar como una poderosa fuerza de motivación en nuestra vida cotidiana, impulsándonos a realizar actividades relacionadas con la música a costa de tiempo, dinero y esfuerzo: desde hacer fila durante horas bajo la lluvia o la nieve para comprar una entrada para un concierto hasta invertir años de formación para tocar un instrumento”.
A diferencia del consumo de alcohol u otras conductas adictivas, escuchar música puede ser bueno para ti y es difícil tener una “sobredosis”. Estudios anteriores han descubierto que puede mejorar el estado de ánimo y evitar la depresión. La música también estimula el flujo sanguíneo de forma similar a las estatinas y reduce los niveles de las hormonas relacionadas con el estrés.
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