Los hombres se niegan a dejar de comer carne porque amenaza su masculinidad, según estudio

En estos días es más común que nunca encontrar a personas que prefieren un estilo de vida libre de carne animal: de hecho, parece que estamos en un momento en el que el desarrollo de la carne de laboratorio 100% libre de crueldad se está convirtiendo en una realidad, pero para algunos hombres, convertirse al vegetarianismo no es una opción. Un nuevo estudio descubrió que los hombres a los que más les gusta la carne también se ven a sí mismos como más tradicionalmente masculinos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Canberra, Australia encuestaron a 5.244 hombres y mujeres sobre su tipicidad de género y sus actitudes hacia el consumo de carne. Además de los hombres masculinos, el estudio descubrió que las mujeres que se ven a sí mismas como estereotípicamente femeninas veían comer carne como algo “natural, necesario y agradable”. Esto podría deberse a que quienes tienden a ajustarse a las normas de género son más propensas a ver la reducción del consumo de carne como una “violación de la norma”. En el estudio, también pidieron a los participantes masculinos y femeninos que indicaran con qué frecuencia habían reducido o eliminado su consumo de carne en el último año, y hasta qué punto considerarían la posibilidad de hacerse vegetarianos o veganos en el futuro. De los 5.244 participantes, 862 eran “flexitarianos”(personas con una dieta principalmente vegetariana pero que a veces comen carne) y 4.035 eran omnívoros.
Los autores escribieron: “Nuestros hallazgos sugieren que los hombres pueden resistirse a dejar la carne porque comer carne es una forma de promulgar su masculinidad”. El estudio halló una correlación entre los hombres que se autoidentificaban como más masculinos y la creencia de que comer carne es normal. Este grupo demográfico más masculino también era menos propenso a reducir su consumo de carne o a probar una dieta vegana o vegetariana. Los investigadores afirman que esto se debe a que la masculinidad “requiere una demostración constante para mantenerse”, mientras que la feminidad no.
También existe la idea de que quienes respaldan la idea conservadora de los roles de género tradicionales tienen más probabilidades de tener opiniones conservadoras respecto a comer carne. Algunos estudios han demostrado que los hombres tienden a comer más carne que las mujeres, a pesar de que, nutricionalmente, ambos sexos necesitan la misma cantidad. Por tanto, la diferencia podría explicarse por el hecho de que comer carne es algo que se considera inherentemente masculino. “Las representaciones de la carne en los medios de comunicación están marcadas por el género, y muchos anuncios presentan la carne como ‘masculina'”, escriben los investigadores.
Del mismo modo, algunas investigaciones han sugerido que el vegetarianismo y los comportamientos a favor del medio ambiente se consideran femeninos. Para el estudio, publicado en Sex Roles, los investigadores querían comprobar si éste era el caso, averiguando si existe una correlación entre el consumo de carne y la masculinidad percibida. Los autores afirman que los consumidores de carne tienden a justificar el sufrimiento de los animales en la preparación de sus alimentos con una de estas cuatro razones: es agradable, normal, necesario o natural.
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