En los últimos días, Panamá se ha convertido en un punto de tránsito involuntario para cientos de migrantes, en su mayoría de países asiáticos, que están siendo deportados de Estados Unidos bajo la administración del presidente Donald Trump. Estos migrantes, provenientes de naciones como Irán, India, Nepal, Sri Lanka, Pakistán, Afganistán y China, se encuentran retenidos en un hotel en la Ciudad de Panamá, a la espera de que las autoridades internacionales coordinen su regreso a sus países de origen.

La situación ha generado controversia y preocupación, ya que los migrantes se encuentran bajo custodia policial y no se les permite salir del hotel. Imágenes de personas mostrando mensajes de auxilio desde las ventanas han circulado ampliamente, alimentando las críticas hacia el gobierno panameño, a pesar de que este niega que los migrantes estén detenidos.

Según informes, más del 40% de los migrantes se niegan a regresar voluntariamente a sus países de origen, lo que complica aún más la situación. Ante esta negativa, el gobierno panameño ha trasladado a un grupo de 97 personas a un campamento en la provincia de Darién, la región selvática que ha sido utilizada históricamente por migrantes que intentan llegar a Estados Unidos. “Sólo un milagro puede salvarnos”, dijo a The Latin Times Artemis Ghasemzadeh, migrante de Irán, a través de un teléfono móvil oculto.

El gobierno de Panamá ha justificado su papel como “puente” para las deportaciones argumentando que existe un acuerdo migratorio con Estados Unidos, en el cual este último cubre todos los costos de la operación. El acuerdo fue anunciado tras una visita del Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. Agencias de la ONU, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), están trabajando para encontrar soluciones para los migrantes que no desean regresar a sus países de origen, buscando posibles destinos en terceros países. 

Las autoridades panameñas también informaron que habían recapturado a una mujer china que se había fugado del hotel, y que al parecer había recibido ayuda para fugarse de las personas que merodeaban por los alrededores del hotel. Las autoridades indicaron que habían pedido a los presuntos colaboradores que devolvieran a la mujer, advirtiéndoles de que podrían enfrentarse a cargos de trata de seres humanos o tráfico de migrantes.

Share Twitter Facebook Whatsapp Copy link

Despues de leer, ¿qué te pareció?