Más del 80% de pacientes con dolor crónico encuentran útil el cannabis medicinal, según estudio

Un reciente estudio realizado en Pensilvania entre octubre de 2022 y diciembre de 2024 encontró que más del 80% de los pacientes que usan cannabis medicinal para tratar el dolor crónico musculoesquelético consideran que esta planta es una herramienta efectiva para el manejo de su dolor. La investigación, publicada este mes en la revista Cureus, fue liderada por Ari Greis, profesor de cirugía ortopédica en la Universidad Drexel y miembro de la Rothman Institute Foundation for Opioid Research & Education, una organización dedicada a la educación sobre la crisis de opioides.
La encuesta incluyó a 129 pacientes que utilizaron cannabis medicinal durante períodos prolongados, y reveló que la mayoría no solo experimentó alivio en su dolor principal, sino también mejoras en síntomas asociados como problemas de sueño y ansiedad. Mohammad Khak, coautor del estudio, destacó que estos hallazgos sugieren que el cannabis podría ofrecer un alivio más amplio que los medicamentos convencionales para el dolor, abriendo la puerta a alternativas o complementos más seguros frente a los opioides.
El estudio detalla que el 51,1% de los encuestados estuvo totalmente de acuerdo en que el cannabis mejoró su síntoma principal, mientras que otro 42,6% estuvo de acuerdo. Solo una minoría muy pequeña consideró que el cannabis no fue efectivo, lo que indica una percepción mayoritariamente positiva. Además, la mayoría reportó que el uso prolongado de cannabis fue estable y bien tolerado, sin grandes efectos adversos.
En cuanto a la forma de consumo, los tópicos fueron la opción preferida por el 63,5% de los pacientes, seguidos por cápsulas, comestibles, aceites o tinturas, usados por casi la mitad. Formas más potentes como concentrados fueron menos comunes, utilizadas solo por un 9,3%. La frecuencia de uso varió, siendo el consumo diario el más común, seguido por dos o tres veces al día.
Un dato interesante es que más del 70% de los pacientes no experimentó efectos negativos en sus funciones cognitivas o motoras, mientras que una minoría reportó dificultades en estas áreas, aunque en algunos casos con mejoría en sus síntomas. Los autores enfatizan la importancia de evaluar de manera individualizada cómo el cannabis afecta a cada persona, dada la diversidad de respuestas.
Finalmente, el estudio también muestra que la mayoría de los pacientes no siente la necesidad de reducir su consumo ni recibe sugerencias externas para hacerlo, lo que refleja una aceptación social y personal del cannabis como tratamiento. La investigación aporta datos valiosos para entender mejor el papel del cannabis en el manejo del dolor crónico y su potencial para ayudar a enfrentar la crisis de opioides.
Despues de leer, ¿qué te pareció?