¡No te pierdas de nada! 👽

Sucribirme! Let's go!

Un resumen de historias para leer, mirar y escuchar cada semana. 0% Spam. GDPR.

No quiero, gracias

Es inválido 💣

Mental Health
¡Espera un poco!
Read and listen
Ayy, close that door, we blowin' smoke
Album Reviews

Miley Cyrus

Something Beautiful

Portada del álbum "Something Beautiful" de Miley Cyrus.
7.7
Words Mirangie Alayon

Desde sus días como Hannah Montana hasta convertirse en una de las figuras más impredecibles del pop, Miley Cyrus ha hecho de la metamorfosis su marca registrada. Cada era de su carrera es un acto de reinvención radical: de estrella Disney a provocadora del twerking, de rockera glam a diva disco, de baladista country al flower power en Endless Summer Vacation. Su trayectoria es un catálogo de personajes, sonidos y polémicas, como si probarse sombreros artísticos fuera su manera de encontrar no solo un estilo, sino una identidad que la haga sentirse completa. Con Something Beautiful, Cyrus parece querer trascender el ciclo de las modas efímeras para tallar su nombre en algo más grande: un legado. El álbum suena ambicioso, pulido, incluso grandioso, pero detrás de su producción impecable late una paradoja: tanta perfección técnica no siempre logra conmover.

Something Beautiful es un festival de referencias cultas y gestos artísticos, como si Miley hubiera compilado una lista de cosas que necesitaba para ser tomada en serio. Hay orquestas, interludios dramáticos, colaboraciones con nombres indie (Alvvays, Model/Actriz) y hasta la presencia icónica de Naomi Campbell recitando versos como una musa del camp. El resultado es un pop barroco, casi operístico, que a veces se siente más como un moodboard de aspiraciones que como una expresión orgánica. Títulos como Walk of Fame o Golden Burning Sun suenan a canciones clásicas, con arreglos que mezclan a Fleetwood Mac con el glitter de los 80, pero en su afán por impresionar, algunas canciones se ahogan en su propio exceso. ¿Un solo de saxofón? ¿Un coro gospel? ¿Un puente de seis minutos? Todo está ahí, pero no siempre con un porqué. 

Sin embargo, cuando el álbum acierta, es deslumbrante. Easy Lover es una joya disco que evoca rollerskates y atardeceres californianos, mientras que Every Girl You’ve Ever Loved (el tema con Campbell como colaboradora) es puro éxtasis sin concesiones, un himno de autocelebración que podría sonar en una pasarela de Drag Race. En esos momentos, Miley brilla con una confianza que borra cualquier duda: su voz, áspera y cálida a la vez, es uno de los instrumentos más versátiles de su generación. En More to Lose, demuestra que puede transmitir angustia con solo un susurro; en Reborn, se transforma en una diva techno que parece salida de un rave de los 90. La variedad es abrumadora, pero también prueba que Cyrus ya no necesita encasillarse en un género para demostrar su talento.

En el álbum, el problema no es la ambición, sino la sensación de que detrás de tanta pompa y circunstancia hay un vacío emocional. Cyrus canta sobre el amor, el apocalipsis y la fama, pero sus letras a menudo se quedan en lugares comunes: The TV’s on, but I don’t know / My tears are streamin’ like our favorite show tonight, canta en More To Lose. Son frases que podrían funcionar en un hit de tres minutos, pero en un álbum que aspira a ser una obra maestra conceptual, suenan a lugar común. Comparado con Plastic Hearts —donde su corazón roto post-divorcio era palpable— o incluso con la vulnerabilidad de Flowers, Something Beautiful se siente más como un ejercicio de estilo que como una confesión. ¿Es un álbum sobre Miley, o sobre la idea de lo que Miley cree que debería ser?

La sombra de The Wall de Pink Floyd (que Cyrus citó como inspiración) se cierne sobre el proyecto, pero la conexión es más estética que espiritual. Donde Roger Waters exploraba la alienación y el ego, Miley ofrece una narrativa más difusa, una mezcla de hedonismo y autoayuda que no termina de cohesionarse. Los interludios orquestales añaden grandilocuencia, pero poco peso. Y aunque el álbum se vende como una ópera pop, carece de la narrativa contundente que exige el formato. Es hermoso, sí, pero también un poco vacío.Aún así, sería injusto no celebrar lo que Something Beautiful logra: es el trabajo más arriesgado y técnicamente impresionante de Cyrus, un álbum que desafía a sus detractores y recompensa a quienes llevan años esperando verla volar sin red de apoyo como un trapecista suicida.

Quizás su mayor triunfo sea demostrar que ya no necesita escandalizar para llamar la atención; ahora, le basta con cantar como si su vida dependiera de ello. Pero también revela una contradicción: en su búsqueda por ser eterna, a veces olvida ser auténtica. El álbum se siente como un diamante tallado con precisión: brillante, valioso, capaz de deslumbrar a primera vista, pero frío al tacto. Aún así, sigue siendo un diamante y uno de los mejores trabajos de Miley Cyrus, quien sigue siendo esa artista que no teme reinventarse, pero esta vez, extrañamos la imperfección humana que alguna vez la hizo única. Quizás la verdadera belleza no esté en la perfección, sino en las grietas que nos deja ver.

Escucha Something Beautiful en su totalidad a continuación.

Despues de leer, ¿qué te pareció?

  • Me gustó
  • Me prendió
  • 1
    Lo amé
  • Me deprime
  • WTF!
  • Me confunde
   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido   wait! cargando más contenido

Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso.

Aceptar
NIGHT MODE DAY MODE