Olly Alexander, una figura icónica en la escena pop británica, ha recorrido un buen camino desde sus inicios como líder del grupo Years & Years hasta consolidarse como un artista en solitario con una voz única y un estilo inconfundible. Con una carrera que abarca éxitos musicales, actuaciones memorables y una representación abierta y orgullosa de la comunidad queer, Alexander ha logrado trascender las barreras del pop convencional para convertirse en un símbolo de autenticidad y libertad creativa. Su participación en proyectos como la aclamada serie It’s a Sin y su incursión en el festival de Eurovisión 2024 con Dizzy han reforzado su posición como un artista capaz de conectar con audiencias diversas a través de su música y su carisma. Ahora, con Polari, su primer álbum en solitario bajo su propio nombre, Alexander se reinventa una vez más, ofreciendo una obra que celebra la herencia queer y el poder transformador del pop.

Polari es un viaje sonoro que combina la nostalgia de los años 80 y 90 con una frescura contemporánea, creando un puente entre el pasado y el presente. El álbum toma su nombre de una jerga utilizada históricamente por la comunidad gay británica, un lenguaje codificado que servía como herramienta de resistencia y conexión en tiempos de represión. Este concepto se convierte en el hilo conductor de un disco que explora temas como el amor, la identidad, la sexualidad y la búsqueda de pertenencia. Desde la primera pista, que lleva el nombre del álbum, Alexander nos sumerge en un universo de sintetizadores brillantes y ritmos contagiosos, evocando sonidos icónicos de bandas como Erasure y Pet Shop Boys, pero con una sensibilidad moderna que lo hace sentir relevante y vibrante que nunca.

Uno de los aspectos más destacados de Polari es su capacidad para equilibrar la ligereza del pop bailable con una profundidad lírica que invita a la reflexión. Canciones como Make Me A Man y Dizzy son himnos irresistibles que invitan a mover el cuerpo, pero detrás de sus melodías pegajosas se esconden letras que abordan el deseo, la vulnerabilidad y la complejidad de las relaciones LGBTQI+. En Heal You, Alexander nos ofrece una balada electropop que combina fragilidad y empoderamiento, mientras que en Cupid’s Bow explora la tensión sexual con un toque de coquetería y humor.

La producción de Polari, a cargo de Danny L Harle, es otro de sus pilares fundamentales. Harle, conocido por su trabajo con PC Music y artistas como Charli xcx y Dua Lipa, aporta una sensibilidad pop que eleva el álbum a nuevas alturas. Los arreglos son ricos en texturas, con sintetizadores que brillan como estrellas y ritmos que palpitan con energía. La colaboración entre Alexander y Harle resulta en un sonido que es a la vez íntimo y expansivo, capaz de llenar tanto una pista de baile como el espacio íntimo de nuestros audífonos. Este equilibrio entre lo grandioso y lo personal es una de las claves del éxito del álbum.

A lo largo de Polari, Alexander demuestra una habilidad narrativa que va más allá de lo esperado en un disco de pop. Cada canción cuenta una historia, ya sea a través de letras que exploran el anhelo y la conexión, o mediante arreglos musicales que evocan emociones específicas. En Archangel, por ejemplo, los sintetizadores y las melodías melancólicas crean una atmósfera de nostalgia y esperanza, mientras que Whisper In The Waves muestra el rango vocal de Alexander en una balada suave y emotiva. Estas pistas no solo complementan las más energéticas, sino que también añaden capas de profundidad al álbum, demostrando que el pop puede ser tanto una fiesta como un espejo del alma.

Lo más bonito de Polari es que logra mantenerse fiel a su esencia: una celebración de la cultura queer y una invitación a bailar, sentir y vivir sin miedo. Este debut es un testimonio del talento y la visión de Olly Alexander como artista. Es un álbum que abraza la alegría y la vulnerabilidad, que honra la historia queer mientras mira hacia el futuro, y que reafirma el poder del pop como un lenguaje universal. Con su mezcla de ritmos contagiosos, letras conmovedoras y una producción impecable, Polari no solo hace de Alexander una fuerza creativa en el pop, sino que también se erige como un homenaje a la resiliencia y la belleza de la comunidad queer. En cada nota, en cada verso, Alexander nos recuerda que la música es, ante todo, un acto de libertad y amor.

Ecucha Polari en su totalidad a continuación.

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