Una profesora en el Reino Unido fue expulsada de la profesión “indefinidamente” después de que un tribunal determinara que había publicado una serie de tuits transfóbicos en redes sociales en detrimento de sus alumnos. Camilla Hannan hizo una serie de tuits en los que se burlaba de las normas de protección introducidas en la escuela para los alumnos trans y no binarios, y en otros mensajes en la plataforma Twitter/X, Hannan también sacó del armario a uno de sus alumnos como trans, mencionándolo con nombre y apellido, por lo que el tribunal consideró que estaba compartiendo información médica privada del alumno sin su conocimiento o consentimiento.

Hannan también hizo comentarios sobre alumnos con autismo, y el tribunal describió cómo sus comentarios implicaban que su autismo les había hecho incapaces de entender el “concepto” de identidad de género. En el informe del tribunal que revisó el caso, se describía a un alumno simplemente denominado como “Pupilo A” para proteger su privacidad como “enfadado, decepcionado y disgustado”, además de “traicionado”, tras enterarse de los tuits.

“Donde yo enseño tenemos una política de identidad de género, es un montón de basura sin sentido”, decía un tuit, según el documento en el que se describía la decisión. En otro, Hannan se lamentaba de que un estudiante, “Pupilo A”, había cambiado sus pronombres y su nombre. “Me preocupa cuáles serán los próximos pasos”, añadió. En otros tuits, habló largo y tendido sobre la población trans de su escuela, a la que calificó de “opresores”.

El panel, que se reunió el 9 de septiembre de 2024, también señaló que Hannan había “repetidamente insultado” al alumno A. La exprofesora admitió que había escrito los tuits ofensivos en un acuerdo firmado el 25 de agosto de 2024. Los resultados del panel se dieron a conocer esta semana. Al explicar su comportamiento en las redes sociales, Hannan dijo que se había sentido frustrada por su carga de trabajo y había recurrido a la plataforma para liberar su “frustración contenida, su ira y su profunda preocupación”. Reconoció que había ejercido un “mal juicio” con sus publicaciones y que sentía “un enorme arrepentimiento, vergüenza, culpa y muchas otras emociones”.

Sin embargo, un informe del tribunal afirmaba que observaron que “el remordimiento de la Srta. Hannan parecía en cierto modo interesado”, pues ella creía que sus mensajes habían sido anónimos, diciendo que “esto sugería que el remordimiento de la señorita Hannan provenía de haber sido descubierta, más que de reflexiones sobre su propio comportamiento”. Como resultado, a Hannan se le prohibió enseñar indefinidamente. Dentro de dos años tendrá la oportunidad de apelar la prohibición, aunque no está garantizado que se levante. El informe decía: “es necesario imponer una orden de prohibición para mantener la confianza pública en la profesión”.

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