Siestas de 90 minutos pueden ayudar nuestra memoria y habilidades motoras, según estudio

Dormir ocho horas por la noche nos ayuda a sentirnos renovados y preparados para afrontar el día que tenemos por delante, pero no es la única forma de preparar nuestra mente para la productividad. Según un estudio reciente publicado en la revista JNeurosci, los investigadores de la Universidad de Northwestern descubrieron que dormir una siesta vespertina durante 90 minutos nos permite aprender mejor nuevas tareas motoras gracias a una mayor concentración.
Los autores del estudio descubrieron estos resultados realizando su propio experimento: Pidieron a los participantes que intentaran realizar una tarea motora difícil con y sin sueño (los voluntarios del estudio jugaron a un juego en la computadora, que incluía mover un cursor con determinados músculos del brazo). Los investigadores pusieron a prueba al grupo pidiéndoles que movieran el cursor en una dirección específica mediante órdenes sonoras. Al principio practicaron y luego los voluntarios jugaron con los ojos vendados.
La única diferencia entre los que realizaron las tareas con más éxito y los que encontraron ese proyecto desafiante fue una siesta de 90 minutos; los voluntarios que tuvieron éxito se echaron una siesta antes del estudio. Larry Cheng, estudiante de doctorado de la Universidad Northwestern, señaló que estos hallazgos pueden mejorar la terapia de rehabilitación de los pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares o tienen otras afecciones neurológicas. “Utilizamos la reactivación selectiva de la memoria o TMR, según la cual un estímulo que se ha asociado al aprendizaje se presenta de nuevo durante el sueño para provocar una recapitulación de la actividad cerebral de la vigilia”, dijo el investigador.
“Nuestra demostración de que la reactivación de la memoria contribuyó a la ejecución hábil puede ser relevante para la neurorrehabilitación, así como para los campos relacionados con el aprendizaje motor, como la kinesiología y la fisiología”, explicó. Adicionalmente, el estudio destacó que los hallazgos “apoyan la conclusión de que los componentes de la habilidad motora basados en la ejecución pueden reactivarse durante el sueño, lo que da lugar a una mejora del rendimiento tras el despertar”, compartió el equipo de Cheng en un comunicado.
De esta manera, por extensión, “la activación de las redes de control motor durante el sueño puede ser una parte integral del mecanismo de consolidación de las habilidades motoras”. Además, estos descubrimientos podrían ayudar a descubrir más sobre cómo funciona nuestro cerebro después de una lesión. “La TMR nocturna podría incluso ser útil en un contexto clínico para complementar los esfuerzos de rehabilitación diaria de los pacientes que esperan disminuir las deficiencias motoras debidas a un accidente cerebrovascular o a una disfunción neurológica”, añadieron los autores del estudio.
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