“Soy un violador”, declaró hoy ante el tribunal Dominique Pélicot, el francés de 71 años acusado de haber drogado a su esposa para que él y decenas de desconocidos pudieran violarla, en su regreso al banquillo de los acusados tras haber estado enfermo durante una semana. Pelicot utilizó un bastón para entrar lentamente en la sala del tribunal, en la ciudad meridional de Aviñón, antes de sentarse en un sillón azul que le proporcionara la comodidad suficiente para participar en las audiencias.

“Soy un violador, como todos los demás acusados, que lo sabían todo”, dijo Pelicot, refiriéndose a los otros 50 acusados en el juicio masivo, hombres a los que supuestamente reclutó por Internet para violar a su entonces esposa Gisèle Pélicot. “Todos ellos sabían que les estaba invitando a violarla”, dijo, y añadió: “Ella no se merecía esto”.

Aunque ya había admitido los cargos, esta es la primera vez que habla largo y tendido desde que comenzó el juicio el 2 de septiembre. También es posible que Gisèle Pélicot, presente en el tribunal junto al hermano de Dominique, Joel, intervenga en el juicio. Ella declaró ante el tribunal: “Para mí es difícil escuchar al Sr. Pélicot porque en 50 años nunca imaginé ni por un segundo que pudiera violar. Para mí es difícil escuchar esto hoy… los actos de violencia y barbarie. No pensé ni por un segundo que pudiera hacerlo. Confiaba plenamente en ese hombre”.

Dominique Pélicot describió una infancia en la que sufrió traumas, diciendo que fue violado a los nueve años por una enfermera cuando estaba en el hospital por una lesión en la cabeza. Describió a un padre violento y a una madre sometida a relaciones sexuales violentas. A los 14 años, como aprendiz en una obra de construcción, fue obligado a presenciar y participar en una violación en grupo de una mujer. “Era demasiado pesado para soportarlo”, declaró ante el tribunal. Y añadió: “No se nace pervertido, se llega a serlo”.

Dominique Pélicot está acusado de administrar ansiolíticos a Gisèle durante casi una década, de 2011 a 2020. Mientras ella estaba inconsciente, él la violaba y reclutaba a docenas de otros hombres que conoció en línea para hacer lo mismo. Ella ha dicho que pasó años hablando con los médicos sobre la amnesia inexplicable, sin darse cuenta de que su marido la drogaba regularmente. Su marido fue descubierto por casualidad, cuando la policía incautó sus dispositivos digitales tras sorprenderle captando imágenes por debajo de las faldas y vestidos de mujeres en un supermercado. Encontraron cientos de imágenes de los malos tratos infligidos a su esposa, que atribuyó a la policía el mérito de haberle salvado la vida al hacer el descubrimiento.

El caso ha provocado indignación en toda Francia, con miles de personas manifestándose en las ciudades durante el fin de semana para exigir el fin de las violaciones y apoyar a Gisèle Pélicot, quien pidió que el juicio se abriera al público para concienciar sobre el uso de drogas para cometer abusos sexuales. “Gracias a ustedes tengo fuerzas para llevar esta lucha hasta el final”, dijo Gisèle a los manifestantes el lunes.

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