Los jugadores de tenis de mesa Ri Jong Sik y Kim Kum Yong, que ganaron la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París, podrían ahora enfrentarse a algunas consecuencias. Junto a sus compañeros surcoreanos Lim Jong-hoon y Shin Yu-bin, ganadores de la medalla de bronce, los deportistas participaron en un selfie ampliamente compartido. Aclamado mundialmente como un ejemplo de unidad y deportividad, este acto de amistad ha provocado que los atletas norcoreanos ahora estén sometidos a una “evaluación ideológica” tras los Juegos, según informa The Telegraph.

La evaluación ideológica es un procedimiento rutinario en Corea del Norte, destinado a purgar cualquier “contaminación” percibida por la exposición a culturas extranjeras, según explica The Korea Times. Citando a funcionarios anónimos de Pyongyang, el informe destaca que los atletas fueron reprendidos por sonreír junto a competidores extranjeros, especialmente surcoreanos. Esta interacción, a pesar de ser un momento poco común y celebrado en el escenario olímpico, está ahora bajo escrutinio dentro de la aislada nación.

El selfie, en el que también aparecían los medallistas de oro chinos, fue tomado con el teléfono de Lim y mostraba las dos banderas nacionales coreanas. La imagen atrajo rápidamente la atención mundial, y muchos medios destacaron el simbolismo de la foto, en la que también aparecía un teléfono Samsung, producto del gigante surcoreano de la electrónica y patrocinador olímpico.

A pesar de la buena acogida internacional, las autoridades norcoreanas habían dado estrictas instrucciones a sus atletas antes de los Juegos, advirtiéndoles que no interactuaran con surcoreanos ni con ningún otro atleta extranjero, insinuando posibles consecuencias si se violaban estas directivas. Se cree que, tras su regreso de Francia, el equipo olímpico norcoreano se está sometiendo a una evaluación ideológica en tres fases, llevada a cabo por el Ministerio de Deportes del país. Este proceso, que se espera dure alrededor de un mes, pretende eliminar cualquier influencia residual de la cultura “no socialista”.

La evaluación examina meticulosamente el comportamiento de los atletas durante los Juegos, y cualquier desviación de los valores o instrucciones del régimen podría dar lugar a medidas disciplinarias. Aunque aún no se sabe si los atletas capturados en el selfie se enfrentarán a un castigo severo o a una reprimenda más indulgente, se cierne sobre ellos la posibilidad de consecuencias políticas o administrativas.

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