Tragedia en Honduras: 46 mujeres fallecidas durante enfrentamiento entre pandillas en una cárcel

El número de personas muertas durante una ola de disturbios e incendios en una cárcel de mujeres de Honduras esta semana se elevó a 46, con decenas de familias a la espera de que se entreguen los cuerpos de sus seres queridos. Un portavoz del gobierno dijo el miércoles que el número de muertos había aumentado de 41 a 46, y aún está claro si todas las víctimas eran reclusas. Yuri Mora, portavoz de la fiscalía, dijo que el número de fallecidos había ha aumentado a medida que las autoridades identificaban restos, algunos de los cuales estaban “carbonizados o reducidos” a cenizas.
Al parecer, la violencia estalló cuando un grupo de pandilleros entró en una parte de la prisión controlada por una facción rival, disparando a la gente e incendiándola. La prisión, denominada Centro Femenino de Adaptación Social, tiene capacidad para 900 mujeres. El tiroteo y el incendio de decenas de personas, uno de los casos de violencia carcelaria más mortíferos de la historia moderna de Honduras, ha puesto de relieve el considerable poder que detentan las bandas y ha suscitado interrogantes sobre la corrupción en el sistema penitenciario y en las fuerzas del orden.
De acuerdo con El Mundo, testigos afirman que las bandas involucradas en el hecho fueron Mara Salvatrucha y Barrio 18, y durante los hechos, “se oían gritos de desesperación y que las reclusas atrapadas trataron de subirse por las paredes para salvarse sin éxito”. Al parecer, otras reclusas también dispararon a sangre fría a otras internas en diferentes zonas centro carcelario, tal como mostraron las cámaras de seguridad de la prisión, donde se observa a mujeres armadas buscando una por una a sus objetivos para asesinarlas.
Secciones de la prisión, situada a unos 20 km de la capital, Tegucigalpa, quedaron destruidas durante los actos de violencia del martes, según Delma Ordóñez, que representa a las familias de las víctimas. Una portavoz de la Dirección de Medicina Legal, Issa Alvarado, dijo que 23 de los cuerpos han sido identificados y entregados a sus familiares. Uno de los familiares, Ángel García, descubrió que su esposa y dos hermanas habían muerto en los hechos violentos. “Todo queda impune”, declaró García a la agencia de noticias Reuters, denunciando la corrupción en las prisiones.
El martes, la presidenta Xiomara Castro se declaró “conmocionada” por el “monstruoso asesinato de mujeres (…) por bandas a la vista y tolerancia de las autoridades de seguridad”. Castro destituyó al ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, y se espera que anuncie nuevos esfuerzos para combatir el crimen organizado más tarde el miércoles. Desde diciembre, el gobierno hondureño opera bajo un “estado de excepción”, que ha suspendido libertades civiles clave y ha dado a la policía amplia discreción para realizar detenciones en nombre de la lucha contra la delincuencia.
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