El 10 de septiembre de 2025, Charlie Kirk, activista conservador y fundador de Turning Point USA, fue asesinado durante un evento en la Universidad del Valle de Utah. Tyler Robinson, de 22 años, fue arrestado como sospechoso del crimen. Según documentos judiciales, Robinson confesó el asesinato a su compañera de cuarto y a su padre, explicando que actuó porque “ya tuvo suficiente de su odio”. En un mensaje de texto, Robinson escribió: “Algunos odios no se pueden negociar”.

Los fiscales han presentado cargos de asesinato premeditado contra Robinson y buscan la pena de muerte. Se alega que Robinson ocultó pruebas y trató de influir en los testimonios de testigos. De acuerdo con los documentos judiciales, Robinson había dejado una nota bajo su teclado en la que escribía: “Tuve la oportunidad de acabar con Charlie Kirk y la voy a aprovechar”.

Minutos después del tiroteo, envió mensajes a su compañera de cuarto confirmando que había ejecutado el plan: “Soy yo… lo siento”, escribió, antes de advertirle que no hablara con la policía. En la conversación, Robinson reveló que había planeado el ataque por más de una semana y expresó preocupación por las huellas en el rifle y por lo que pensaría su familia si no lo recuperaba.

Charlie Kirk, joven activista de la derecha estadounidense, había defendido públicamente que las muertes por arma de fuego eran un “precio necesario” en la defensa de sus ideales. Sus discursos contra políticas de inclusión y derechos de minorías reforzaron un clima de polarización y contribuyeron a normalizar la retórica de odio, haciendo que su figura fuera altamente controvertida y su asesinato reavivara el debate sobre los riesgos del extremismo político en Estados Unidos.

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