Un hígado de cerdo modificado genéticamente funcionó al ser conectado a un humano durante tres días

Los trasplantes de órganos salvan vidas, pero por lo general, los pacientes que requieren uno se encuentran con un importante problema: la escasez de especímenes sanos de los donantes adecuados, razón por la cual los científicos están buscando formas más confiables de reemplazar órganos enfermos que dependan menos del azar y más de algunos de los últimos avances científicos. El uso de cerdos están trayendo esperanza a las miles de personas que esperan un trasplante, especialmente de hígado: la semana pasada, investigadores de la Universidad de Pensilvania y las empresas de biotecnología eGenesis y OrganOx anunciaron un paso importante hacia una posible forma de abordar el problema, al conectar a un paciente al hígado de un cerdo, por el que se hizo circular la sangre del hombre durante tres días en un caso de prueba fundamental para que algún día se realice el procedimiento para ayudar a pacientes vivos.
Los cirujanos utilizaron un hígado de cerdo que había sido modificado genéticamente con la técnica de edición genética de precisión llamada CRISPR, un paso clave que evitaba que el sistema inmunológico de la persona rechazara el órgano. Al receptor se le había declarado muerte cerebral, lo que significa que había experimentado una pérdida permanente de la función cerebral, dijo Abraham Shaked, cirujano principal del proyecto en el Penn Transplant Institute. Pero como un ventilador todavía hacía circular oxígeno por todo el cuerpo de la persona, se consideró un campo de pruebas válido para saber cómo sería conectar un hígado de cerdo a un paciente vivo. “Fue increíble”, dijo, describiendo el hígado del animal después de ser conectado. “Estaba funcionando”.
En otros lugares, otros cirujanos han trasplantado con éxito corazones de cerdo a dos pacientes humanos gravemente enfermos, prolongando sus vidas uno o dos meses. Por ahora, Shaked y sus colegas no han llegado a hacer eso con el hígado de cerdo, un órgano mucho más complicado que el corazón. En cambio, el procedimiento inicial de prueba de concepto, realizado a finales de diciembre, implicó conectar el hígado de cerdo al sistema circulatorio de la persona a través de una máquina externa. Este paso intermedio podría servir como un “puente” hacia la recuperación, dijo Jayme Locke, director del centro de trasplantes de la Universidad de Alabama en Birmingham, pues podría ganar algo de tiempo para los pacientes gravemente enfermos, manteniéndolos con vida hasta que un órgano de un donante humano esté disponible o hasta que el propio hígado del paciente tenga la oportunidad de recuperarse, dijo. “Este fue el primer paso y creo que fue realmente valioso e importante”, dijo sobre el estudio de Penn. “Se puede pensar que lo que hicieron fue como una diálisis para el hígado”.
El cerdo fue criado en una instalación segura por eGenesis, una empresa de biotecnología con sede en Cambridge, Massachusetts, que financió el estudio. Los científicos de la empresa editaron el genoma del animal en 69 lugares para que el hígado fuera compatible con el cuerpo humano. Algunas de las ediciones fueron diseñadas para evitar el rechazo del sistema inmunológico humano, y otras ediciones eliminaron el riesgo del ADN viral contenido en el genoma del cerdo, dijo el director ejecutivo de la empresa, Mike Curtis. El animal era de una raza especial, llamada mini cerdo de Yucatán, que crece hasta apenas 68 kilos, lo suficientemente grande como para que sus órganos sean comparables en escala a los de sus contrapartes humanas.
Después de conectar el hígado de cerdo al sistema circulatorio de la persona fallecida, el equipo de Penn monitoreó el órgano durante tres días y no detectó signos de inflamación u otros problemas. Los cirujanos de trasplantes esperan que eventualmente los hígados y otros órganos de cerdos genéticamente modificados proporcionen al menos una respuesta parcial a la escasez crónica de órganos humanos donados. El equipo de Penn ahora planea repetir el procedimiento con hígado de cerdo con donantes adicionales, midiendo qué tan bien el hígado de cerdo filtra las toxinas del torrente sanguíneo humano, dijo Shaked. “Es realmente una oportunidad única para seguir avanzando en la ciencia de los trasplantes y tener un gran impacto al ayudar no sólo a uno o dos pacientes o a tres o cuatro, como pueden hacer la mayoría de los donantes de órganos”, dijo. “Realmente puede cambiar el curso de cómo tratamos la insuficiencia hepática terminal”.
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