¿Tienes una familia conservadora te ve con angustia cada vez que te ven en una reunión con un nuevo piercing, diciéndote que “dejes de inventar”? Pues a partir de ahora podrás decirles que no estás inventando nada: un grupo de arqueólogos descubrieron recientemente más de 100 piezas de joyería en entierros de adultos que tienen alrededor de 11.000 años de antigüedad en el sitio arqueológico de Boncuklu Tarla en Turquía.

El análisis de las perforaciones, de las cuales solo 85 estaban completas, reveló que estaban hechas de piedra caliza, obsidiana o guijarros de río y se encontraron cerca de las orejas y la barbilla de los esqueletos. Sus diferentes formas y tamaños sugieren que fueron hechos tanto para perforaciones en la oreja como en el labio inferior.

Sin embargo, como solo se encontraron adultos con los piercings, los investigadores sugieren que los piercings no eran solo estéticos, sino que también tenían un significado social, como marcar un rito de iniciación que significa que una persona ha alcanzado la madurez.

La coautora de la investigación publicada en la revista Antiquity, la Dra. Emma Baysal, de la Universidad de Ankara, afirmó: “Esto demuestra que las tradiciones que todavía forman parte de nuestras vidas hoy en día ya se desarrollaron en el importante momento de transición en el que la gente comenzó a establecerse en aldeas permanentes en Asia occidental hace más de Hace 10.000 años”. Agregó: “Queríamos conocer los primeros ejemplos de perforaciones corporales, qué materiales se utilizaban con fines decorativos y quién perforaba sus cuerpos”.

Estos hallazgos proporcionan la evidencia más temprana de por qué se hicieron y usaron los primeros piercings y cómo las personas expresaban sus identidades a través de sus apariencias personales. “Tenían prácticas de ornamentación muy complejas que incluían cuentas, pulseras y colgantes, incluido un mundo simbólico muy desarrollado que se expresaba a través del cuerpo humano”, dijo la Dra. Baysal.

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